Derechos

¿Cómo es ser una mujer trans viviendo en México? ¡Esta es su realidad!

México es el segundo país de América Latina donde hay más asesinatos contra personas trans y comunidad LGBT+

México es el segundo país de América Latina con mayor violencia a personas trans. UNSPLASH/Jorge Aguilar/Alexander Grey
Por:  Redacción Diverso

Siendo catalogado como el segundo país con mayor número de crímenes de odio dirigidos a  la población LGBT+, México (sí el segundo), se encuentra solo por detrás de Brasil respecto a estos actos delictivos y LGBTfobicos, posicionando al país azteca como uno de los más peligrosos si es que se pertenece a la diversidad sexogénerica. 

Entre esta población destaca con mayor vulnerabilidad las mujeres trans, quienes regularmente son atravesadas por 2 o más tipos de violencias quienes además de la transfobia también son atacadas desde la violencia machista que se extiende como lluvia en México. 

Además es importante recordar que al menos en México como en la mayoría de sociedades cristianas, occidentales y binarias,  la sexualidad se rige bajo el principio de que existen únicamente dos géneros: el masculino y el femenino, que establecen que las personas deben ocupar exclusivamente uno de los dos, que remite a que existen sólo "hombres" y "mujeres".

Bajo este esquema, cualquier manifestación que no se identifique con estos modelos es fuertemente rechazada. Aún más, cuando la apariencia física contradice este entendimiento, como sucede con algunas  las mujeres trans o personas dentro del espectro no binario. 

Así viven las personas trans en México


El Consejo Nacional Para Prevenir la Discriminación (Conapred) señala que:

 Las personas trans son objeto de prejuicios que a lo largo de generaciones han dado pie a la discriminación. En parte, la exclusión de este sector social se alimenta de la percepción de que las identidades trans son una patología, a pesar de que esta idea haya sido desmentida por las más altas autoridades globales. 

En junio de 2018, por ejemplo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) retiró la 'incongruencia de género' de la lista de desórdenes mentales en su Clasificación Internacional de Enfermedades".

Además el consejo también comparte que: 

A raíz de los estigmas sociales, las personas trans experimentan obstáculos sistemáticos que les impiden gozar de sus derechos. Los estereotipos arraigados en la cultura promueven que se les margine en escuelas, centros de trabajo e instituciones de seguridad social, así como al interior de las familias. Ello tiene un impacto definitivo sobre sus planes de vida. 

Dado que la identidad de género comienza a formarse desde muy temprana edad, niños y niñas trans casi siempre carecen de redes de apoyo entre parientes y amistades. Los obstáculos para acceder al reconocimiento de su identidad de género, a una educación (o permanecer en ella) y a un empleo les orillan a vivir en condiciones precarias, a ocupaciones estigmatizadas —como es el trabajo sexual— y a enfrentar tasas extremadamente altas de violencia. Los estereotipos también dificultan el acceso a ámbitos como la justicia, de manera que los abusos de poder son difíciles de combatir".

De acuerdo a la Conapred, en México, las personas trans se enfrentan a prejuicios y actitudes excluyentes con gran arraigo entre la población. Según la Encuesta Nacional sobre Discriminación 2017, por ejemplo, un tercio de quienes viven en nuestro país (36%) no rentaría una habitación a una persona trans (Conapred 2018). 

En ese mismo sentido, en un estudio realizado en la Ciudad de México, tres cuartas partes de las personas trans reportaron haber vivido rechazo social. Todo ello indica que la identidad de género es un criterio que sistemáticamente impide la inclusión y el goce de derechos humanos para las personas trans.

Por su parte, el Consejo para Prevenir y Eliminar la Discriminación de la Ciudad de México (Copred) señala que:

 En México existe una situación de violencia generalizada en contra de las personas con orientaciones sexuales, identidades y expresiones de género diferentes a la cisgénero y heterosexual, particularmente preocupa la violencia contra las mujeres trans, motivada por una situación exacerbada de transmisoginia (intersección entre la transfobia y la misoginia). 

De acuerdo con datos del Observatorio Nacional de Crímenes de Odio contra personas LGBT, para junio de 2021 el 44.5% de los crímenes de odio registrados en México fueron cometidos contra mujeres trans, ubicando a nuestro país en el segundo lugar en el mundo con mayor número de transfeminicidios".

Por su parte la Encuesta sobre Discriminación en la CDMX (EDIS) 2021 señala que el 70% de las personas encuestadas considera que existe discriminación hacia las personas transgénero y transexuales. 

De la misma manera, la Encuesta Nacional de Discriminación (ENADIS) 2017 muestra que más del 70% de las personas encuestadas considera que se discrimina mucho a las personas trans y un porcentaje relevante, comentó que no le rentaría una habitación a una persona trans".

Los asesinatos son la reacción más violenta de la discriminación. México es el segundo país de América Latina donde hay más asesinatos contra personas trans, solamente después de Brasil. Y de 2007 a 2017 se han registrado 422 transfeminicidios, según el Centro de Apoyo a las Identidades Trans.  

Los transfeminicidios son el resultado de estructuras económicas y culturales que estigmatizan, precarizan y marginan. Estos crímenes son el reflejo de la violencia misógina contra las personas LGBT+, que se manifiesta diariamente en discriminación en los espacios laborales y sociales, y reproduce discursos de odio que configuran impunidad y falta de justicia.

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