Opinión

Las incógnitas del arcoiris: La defensa del INE y personas LGBT+

En términos reales, que haya cambios o no en el INE no repercute de modo drástico en la comunidad LGBT+. Lo que debería interesaros, -y en lo que deberíamos enfocarnos- es en un propósito común: tener las mismas libertades que el resto de los mexicanos sin importar nuestra identidad, preferencia o género

El pasado 26 de febrero del 2023, miles de personas en todo el país salieron a las calles de las ciudades más importantes de México para marchar en nombre de la autonomía y la salvaguardia del Instituto Nacional Electoral (INE). De acuerdo con nuestra variopinta cultura, quienes asistieron a defender al INE forman parte de un grupo social y político asociado más bien con la derecha conservadora, o en términos de la calle y de todos los días: panistas, fifís, católicos militantes, miembros del Frente Nacional por la Familia, y "whitexicans".

Las redes sociales evidenciaron que en la manifestación hubo de todo, y que ese todo, como en cualquier manifestación, no es sino una tergiversación de la manifestación misma: señoras que por alguna razón combinaban la defensa al INE con rezos y súplicas católicas, adolescentes felices que sólo posaban para una foto de Instagram e historias de TikTok, niños confundidos repitiendo al pie de la letra los discursos de sus padres, y políticos olvidados por la imagen pública, pero que aquel domingo no vieron un contratiempo en andar por horas bajo la luz del sol. En Guadalajara, por ejemplo, el exgobernador de Jalisco, Francisco Ramírez Acuña, acudió a la manifestación para defender la libertad de México, cuando su gobierno no es recordado precisamente por haber sido un bastión de las libertades.

Entre las incontables imágenes que aquel domingo inundaron las redes sociales, una de las que más llamó la atención fue el de un grupo de personas ondeando la bandera del orgullo en el océano de estandartes rosados y cartulinas con mensajes de repudio a López Obrador. Las críticas no se hicieron esperar. La imagen en sí resultó polémica en el sentido en que, social e históricamente, las personas LGBT+ están más bien asociadas con "la izquierda" política, pues sus movimientos de disidencia y resistencia han sido una lucha de visibilidad, reivindicación, y un constante enfrentamiento contra lo "establecido", contra "lo normal". Y esa normatividad, en el contexto mexicano, ha sido impuesta, en infinidad de ocasiones, por muchos de los que aquel domingo marchaban en nombre de la democracia en México. Como afirmaban los comentarios de las redes sociales, aquel domingo de estrépito, esas personas LGBT+ estaban marchando de la mano de sus opresores.

¿Es esto incorrecto? La vida real es mucho más compleja que una afirmación o negación simplista. Y generalizar, por supuesto, es una falacia. Decir que todos los que defendieron al INE son homofóbicos es un disparate. Y el hecho de ser una persona LGBT+ no implica que, por antonomasia, se pertenezca a la izquierda social y política. No implica trasgresión automática, revolución repentina. Ser gay, lesbiana, trans, género fluido, bisexual o cualquier otra identidad de la comunidad no significa una pertenencia directa a "la izquierda". Se puede ser LGBT+ y al mismo tiempo ser machista, misógino, homofóbico, conservador, y es en esa divergencia donde deben estar enfocadas nuestras luchas específicas. Más allá de los desmanes políticos y de las batallas por quienes se disputan las grandes esferas del poder, la cuestión en torno a la comunidad LGBT+ debería girar en torno a qué nos beneficia o no de todo esto, qué tiene que ver la disputa del INE con nosotros, y qué tanto conviene nuestra participación en un sentido político, pues a la hora de las elecciones, cualquier voto, sin importar de quién venga, es válido.

En términos reales, que haya cambios o no en el INE no repercute de modo drástico en la comunidad LGBT+. Lo que debería interesaros, -y en lo que deberíamos enfocarnos- es en un propósito común: tener las mismas libertades que el resto de los mexicanos sin importar nuestra identidad, preferencia o género, pues somos tan mexicanos como cualquier otro, y poder amar, vivir, y nombrarnos sin miedo en un país donde el simple hecho de ser uno mismo basta para ser asesinado, silenciado y relegado al olvido.

Más Noticias