Opinión

¿Qué tanta cuota de inclusión es necesaria en series o películas para no ofender a nadie?

¿Qué tanta cuota de inclusión es necesaria en series o películas para no ofender a nadie?

Saco la pregunta de mi columna semanal con motivo del estreno que tuvo la semana pasada la película de Super Mario Bros la cual, aunque al público le está gustando mucho, generó comentarios irregulares (por no decir pésimos) entre la “crítica” especializada.

¿Pero qué tiene que ver Mario Bros con la inclusión? Bueno, pues resulta que, entre las críticas que le llovieron a la cinta, estuvo una muy sonada en cuanto vimos los primeros tráilers (que, en serio, sigo esperando que haya sido broma) donde se aseguraba que estaban forzando lo LGBT+ al incluir una bandera del arcoiris en una pista; lo cual se aclaró diciendo que aquello no era una bandera LGBT+ (vaya, sí que coincide en los colores, pero el asunto no iba por ahí) sino la mítica pista arcoiris de los juegos de Mario Kart, cuya referencia fue una de las primeras que supimos que aparecerían.

Entonces, tenemos que una crítica negativa fue por querer incluir (forzar) lo LGBT+; pero después de su estreno hay quienes están criticando justo lo opuesto: ¡que no se incluye representación LGBT+ en la cinta!... la cual, recordemos, está basada en una saga de videojuegos, va dirigida a un público familiar y no tendría por qué incluir nada de esto (y miren que me declaro pro LGBT+).

Así pues, no puedo dejar de cuestionarme, como lo anunciaba desde el título, qué tanta cuota de inclusión es necesaria hoy en día, ya sea en series o películas, para no ofender a nadie. Pues bien, al menos en mi caso considero importantes tres cosas a la hora de valorar una verdadera “cuota inclusiva”: en primer lugar, me resulta más interesante ver una historia donde la presencia de un personaje le aporta a la trama, independientemente de su identidad u orientación (es decir, que ser LGBT+ no lo haga más ni menos); en segundo lugar, si bien es cierto que existe mayor apertura a incluir personajes LGBT+, unas identidades se priorizan más que otras de tal manera que hay una enorme disparidad respecto a cuántas películas (o series) incluyen, por ejemplo, personajes homosexuales masculinos y cuántas incluyen personajes arrománticos, por lo que si vamos a hablar de cuotas inclusivas hay que buscar que se visibilice todo el paraguas de la diversidad; y, en tercer lugar, para bien o para mal, recordemos que nunca se le dará gusto a nadie y, en este sentido, no se trata de que una película (o serie) le guste a todo mundo sino que cuente con una buena historia (y que si va haber una chica LGBT+ que tenga una razón de ser) y solita hallará a su público, porque creo que si está bien hecha le gustará a cualquier persona, independientemente de su identidad u orientación, total, ¡nadie se volverá homosexual por ver a dos hombres besándose en la pantalla grande! (¿o de veras hay quienes siguen creyendo que sí?)…

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